Albert Casals acaba de publicar un libro en el que cuenta los cuatro años que lleva recorriendo el planeta
(EFE).- El joven catalán Albert Casals (18), a quien una leucemia
infantil condenó a desplazarse en silla de ruedas, lleva cuatro años
recorriendo el mundo solo, haciendo ‘autoestop’ y sin apenas dinero
porque confiesa que así es feliz.
En una entrevista con EFE, Albert Casals explica, con una autenticidad
inusual y una lógica aplastante y muy sencilla, que su vida es la
búsqueda de la felicidad y que lo que le hace más feliz es viajar y
conocer personas “totalmente diferentes a las de aquí”.
Por eso, su vida en los últimos años está llena de recuerdos de viajes
a los que dedica varios meses al año y que le han llevado a recorrer
casi toda Europa, el sureste asiático, Latinoamérica y Japón.
Su experiencia por todo el mundo la ha resumido en “El mundo sobre
ruedas”, libro en el que se intercalan sus experiencias y parte de sus
diarios personales, y en el que explica que, después de haber padecido
leucemia cuando era pequeño, les planteó a sus padres, a los catorce
años, sus ganas de comenzar a viajar solo y con un presupuesto
reducidísimo: 3 euros al día.
Como era menor, cuando empezó a viajar sus padres tuvieron que darle un
permiso para que no tuviera problemas en las aduanas, pero él asegura
que su padre y su madre le dejan ir solo porque “yo estoy bien y
feliz”, aunque se comunica con ellos por correo electrónico cuando está
fuera de casa.
Tras un viaje inicial a Bruselas acompañado por su padre para que se
aprendiera qué debía tener en cuenta a la hora de ir por el mundo con
su silla de ruedas, Albert ha viajado en los últimos años con el
convencimiento de que “todas las personas tienen algo bueno” y que, por
este motivo, “no hay que tener miedo” de lo que pueda pasar.
“He vivido con ladrones y con traficantes de drogas, y nunca me ha
pasado nada malo”, cuenta el joven, que también recuerda cómo se adapta
a la vida de las personas que le acogen en sus casas y vive con ellos
sus experiencias diarias.
“Si estoy en casa de un pescador, voy a pescar con él a alta mar, y así
siempre”, indica con su cara aún de niño, ojos brillantes y sonrisa
permanente, que conquista al interlocutor desde el primer momento.
Animado por su curiosidad de conocer gente y su afán a la hora de
superar los contratiempos, Albert Casals no se echa atrás ante nada y
tan pronto se apunta a subir a un barco utilizando trucos para no
pagar, como recorre Colombia y Perú en ‘autoestop’, superando selvas
impenetrables por mar, gracias a unos narcotraficantes que lo llevaron
en su lancha y que lo salvaron de caer al agua por el golpe de una ola.
El próximo viaje de Albert Casals está a la vuelta de la esquina, ya
que prevé iniciar una nueva aventura en ‘autoestop’ en dirección a
África el próximo mes de mayo, con un destino provisional: Madagascar.
(EFE).- El joven catalán Albert Casals (18), a quien una leucemia
infantil condenó a desplazarse en silla de ruedas, lleva cuatro años
recorriendo el mundo solo, haciendo ‘autoestop’ y sin apenas dinero
porque confiesa que así es feliz.
En una entrevista con EFE, Albert Casals explica, con una autenticidad
inusual y una lógica aplastante y muy sencilla, que su vida es la
búsqueda de la felicidad y que lo que le hace más feliz es viajar y
conocer personas “totalmente diferentes a las de aquí”.
Por eso, su vida en los últimos años está llena de recuerdos de viajes
a los que dedica varios meses al año y que le han llevado a recorrer
casi toda Europa, el sureste asiático, Latinoamérica y Japón.
Su experiencia por todo el mundo la ha resumido en “El mundo sobre
ruedas”, libro en el que se intercalan sus experiencias y parte de sus
diarios personales, y en el que explica que, después de haber padecido
leucemia cuando era pequeño, les planteó a sus padres, a los catorce
años, sus ganas de comenzar a viajar solo y con un presupuesto
reducidísimo: 3 euros al día.
Como era menor, cuando empezó a viajar sus padres tuvieron que darle un
permiso para que no tuviera problemas en las aduanas, pero él asegura
que su padre y su madre le dejan ir solo porque “yo estoy bien y
feliz”, aunque se comunica con ellos por correo electrónico cuando está
fuera de casa.
Tras un viaje inicial a Bruselas acompañado por su padre para que se
aprendiera qué debía tener en cuenta a la hora de ir por el mundo con
su silla de ruedas, Albert ha viajado en los últimos años con el
convencimiento de que “todas las personas tienen algo bueno” y que, por
este motivo, “no hay que tener miedo” de lo que pueda pasar.
“He vivido con ladrones y con traficantes de drogas, y nunca me ha
pasado nada malo”, cuenta el joven, que también recuerda cómo se adapta
a la vida de las personas que le acogen en sus casas y vive con ellos
sus experiencias diarias.
“Si estoy en casa de un pescador, voy a pescar con él a alta mar, y así
siempre”, indica con su cara aún de niño, ojos brillantes y sonrisa
permanente, que conquista al interlocutor desde el primer momento.
Animado por su curiosidad de conocer gente y su afán a la hora de
superar los contratiempos, Albert Casals no se echa atrás ante nada y
tan pronto se apunta a subir a un barco utilizando trucos para no
pagar, como recorre Colombia y Perú en ‘autoestop’, superando selvas
impenetrables por mar, gracias a unos narcotraficantes que lo llevaron
en su lancha y que lo salvaron de caer al agua por el golpe de una ola.
El próximo viaje de Albert Casals está a la vuelta de la esquina, ya
que prevé iniciar una nueva aventura en ‘autoestop’ en dirección a
África el próximo mes de mayo, con un destino provisional: Madagascar.
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PABLO ESCOBAR : Prefiero una tumba en Colombia que una carcel en Estados Unidos.
Y lo cumplio..